El proceso de inversión comienza evaluando el riesgo y el rendimiento esperado de todo el conjunto de posibles inversiones a realizar. Para lograr alcanzar la rentabilidad deseada al invertir el dinero ahorrado se debe tener en cuenta que tiene un gran determinante, el riesgo. Existe una relación positiva entre el retorno y el riesgo, por lo tanto, si se invierte en un portafolio más riesgoso, las ganancias que se pueden alcanzar serán mayores, pero al mismo tiempo se corre el riesgo de mayores pérdidas.
Esto se llama “Trade-off” entre el riesgo y el retorno esperado, implica una ganancia por un lado y una pérdida por el otro. Por lo tanto, entre mayor el riesgo, más aumenta la ganancia o pérdida en una inversión.
¿Cómo podemos reducir esta incertidumbre al invertir?
Una estrategia para lograr esto es repartir el dinero ahorrado entre diferentes activos, de esta manera si hay una pérdida va a ser de una fracción de lo invertido y se puede netear con las ganancias obtenidas mediante otro activo en el cual se invirtió. Esto tiene el nombre de Diversificación, elimina el riesgo específico generado por factores que afectan sólo a la inversión. Sin embargo, la diversificación reduce el riesgo con un límite ya que siempre existirá el riesgo de mercado que impacta el mercado de valores en general. Por ende, a la hora de invertir lo óptimo es que sea en un portafolio bien diversificado para eliminar el mayor riesgo posible.
¿Qué estás esperando?
Cualquiera puede invertir, sólo se necesita organización, ahorro y las ganas para alcanzar todas las metas que te propongas.
Antes de tomar la decisión de dónde invertir, es necesario definir un objetivo y el plazo en que se quiere cumplir. Además del presupuesto que se podría destinar a esto, el riesgo que se está dispuesto a correr y la rentabilidad que se espera. Luego, podrás cumplir los sueños que te propongas, desde comprar un computador nuevo hasta tener la casa de tus sueños.
Puedes comenzar desde hoy, lo importante es informarse, entender el riesgo que compromete, ahorrar y proponerse de a poco metas pequeñas, para luego seguir cumpliendo objetivos cada vez más grandes y vivir la vida que tú te ganas.